Antojo

Si la primera vez que Pepa acudió a este gastrobar fue mera casualidad, las siguientes ocasiones fueron fruto del antojo y nunca mejor dicho.

En cada visita, Pepa estuvo acompañada por amigos una vez, otra por compañeros, otra por familia... y a todos encantó.

La última os la cuenta en las próximas líneas.

Antojo

Ubicado en la calle Calatrava número 44, podemos decir que el Bar Antojo es un local amplio, modernito, con varios espacios diferenciados y una cocina elaborada a la par que creativa. 

Consta de una parte superior en entreplanta, un salón de ladrillo visto y algunos cuadros contemporáneos donde se encuentra la barra y el acceso a la cocina y seguidamente; un salón decorado como una casa, con sus estanterías con libros y decoración vintage sin ser recargada. Todo abierto y luminoso.

También, cruzando de acera, unas mesitas al solito bajo los naranjos para aquellos que prefieran estar en la calle.

Exterior del local.

Uno de los salones.

El otro salón.

Esta vez, llegamos temprano y tras ocupar una mesa cerca de un ventanal con vistas a la calle nos pasaron la carta:

Carta, a ver qué no se te antoja.

El ágape consistió en:

Papas bravas, no es pa tanto. 2'9€/tapa.

Lagrimitas de pollo empanadas con salsa barbacoa. 3€/tapa.

Huevo con cáscara y setas de temporada. 3'3€/tapa.

Solomillo de cerdo al Whisky. 3'5€/tapa.

Couland de chocolate con helado casero. 4'2€/tapa.

Empezamos por las papas bravas, tapa de buena cantidad con gajos de patata frita y una salsa de tomate y mayonesa muy rica, el pique se aprecia poco, para mi gusto bastante buenas. Genial para abrir apetito. Parecidísimas a las que ponen en La Chunga y en Ovejas Negras. 

Las lagrimitas de pollo sorprendieron, muy sabrosas sin ser aceitosas. Salsa barbacoa esquisita y contundente. La tapa que trae a Pepa loca, ¿cómo la harán? el huevo con cáscara se lleva la palpa por su sabor, texturas y elaboración. Imprescindible pedirla. 

El solomillo de cerdo correcto, sin ser el típico que sirven en todos los bares ya que la carne estaba guisada. Aún así, muy bueno.

Por último, el huequito del postre que siempre Pepa guarda para probar esta vez el couland de chocolate. Riquísimo, acierto del crumble (frutos secos) del fondo, y horneado perfecto del bizcocho que aunque en la foto no se aprecie, el interior consistía en chocolate fundido... para echar dos lagrimones. 

Al final la cuenta ascendió a 28'7€ sumando las bebidas que fueron dos Coca-cola light y dos tintos con blanca. 14'45€ por barba.

Como valoración decir que tanto el ambiente como el servicio y la cocina hacen de este gastrobar un lugar agradable al que realizar una visita a menudo. Sí que es verdad que salvo alguna tapa aislada, la carta no se diferencia de otras de bares de reciente apertura pero lo que sí os digo, que tanto la materia prima como la elaboración de las tapas dotan 

al Bar Antojo de calidad no equiparable al de otros bares. Por lo tanto, muy recomendable.

Valoración de Pepa: 9 / 10.