miércoles, 23 de octubre de 2013

Amor a la Mexicana

Solo hacía falta que fuera viernes noche para que Pepa&cía se reunieran para pasar un rato agradable y en confianza.

Para ello reservaron mesa en lo que le anunciaron como novedoso y mejor restaurante mexicano de la ciudad, Amor a la Mexicana.

www.amoralamexicana.es



Situado en la calle López de Arenas 2, en el barrio del Arenal, cerca de la Maestranza se localiza este restaurante. Nada más verlo salta a la vista que no se trata de un Tex-Mex cualquiera. Con su cuidada decoración puramente mexicana pero con toques originales llama la atención y se hace atractivo a los ojos del cliente.



Como queríamos reservar una mesa para 7 comensales decidimos llamar y no jugárnosla a quedarnos sin sitio. Con un trato inmejorable por parte del dueño a las 22h teníamos nuestra mesa preparada.

Nada más sentarnos nos atendieron y tomaron nota de las bebidas además de dejarnos unas originales cartas para que fuésemos decidiendo los platos a degustar.


Con muchas opciones donde elegir y siguiendo las propuestas de la camarera, nos atrevimos a probar:

Cerveza Pacífico 2'60€.
Guacamole 6/ración.
Nachos de piedras negras. 8'5/ración.
Tacos dorados de texco 8'5€/ración.
Enchilada suiza 20'30€/7unidades.
Quecas de pueblo 20'30€/7unidades.
Tacos de alambre 20'30€/7unidades.
Valorando...
Guacamole espectacular, lo único criticable que la cazuelita se queda corta de cantidad porque quien prueba repite. Nachos de piedras negras, totopos fritos con frijoles, chorizo y queso fundido, nada del otro mundo, ricos pero sin ser espectaculares, algo secos.
Los tacos dorados de texco son tortas de harina rellenas de pato y salsa de tamarindo, para mi gusto muy buenos y novedosos. Pero he de decir que a la mayoría de la mesa no le gustó demasiado. Enchiladas suizas, demasiada salsa y pobres de sabor. Quecas de pueblo, como tacos rebozados. Algo básicos y grasientos, mucho sabor a pimiento verde y poco sabor a carne. Por último, los tacos de alambre. No sé si por los ingredientes, la salsa o la forma de cocinarlos parecía más comida china que mexicana, no volvería a repetirlos.

Al final, sumando bebida y comida la cuenta ascendió a 15por barba. La casa nos obsequió con unos margaritas.


¿Adivinan qué? Sí señor, volvieron a dejar a Pepa sin postre.



La verdad que la calidad de la cena no alcanzó las expectativas. Salvo el guacamole y la cerveza no resaltamos nada en especial de todo lo que probamos. 
Sí hay que dejar claro que el servicio funcionó a las mil maravillas y el trato fue adecuado.



Valoración de Pepa: 5 / 10. 

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